Nota de opinión

Democracia vs. pandemia, una disyuntiva inadmisible

Senado de la Nación, CABA, 23 de Abril de 2020

Así como no es posible establecer una disyuntiva entre salud o economía, porque todos somos conscientes de que las políticas no pueden desatender ninguna de las dos dimensiones, del mismo modo no podemos consentir que se establezca una disyuntiva entre democracia y pandemia.

Estamos en un contexto de emergencia que es indiscutible y nadie en su sano juicio podría cuestionar la necesaria adopción de medidas que implican restricciones al ejercicio de derechos, que fuera de la emergencia, resultarían de dudosa constitucionalidad.

El Poder Ejecutivo ha sido prolífico en estos últimos días en el dictado de Decretos de Necesidad y Urgencia y esperamos que la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo comience a funcionar para que, en el marco legal, se realice el tratamiento de los DNU, previsto para resguardar la vigencia y calidad de nuestras instituciones.

Pero la emergencia global, los escenarios dramáticos que estamos viendo en otros países del mundo, y la focalización de la atención en la pandemia, no nos autoriza a consentir una concentración del poder que avance irreflexivamente, descuidando las dimensiones esenciales de la democracia. El fin no justifica los medios.

La democracia no es un sistema de vigencia selectiva, al que adherimos en contextos de tranquilidad, sino una forma de vida que se arraiga en lo más profundo de nuestra conciencia ciudadana y que por lo mismo siempre debe ser el contexto indispensable desde el que abordemos los problemas.

No podemos aletargar nuestro espíritu democrático, yendo distraídos por una pendiente de medidas de emergencia desproporcionadas que pueden ir lentamente erosionando nuestra institucionalidad con inadvertidos desvíos.

La mejor medida de protección frente a ese riesgo es sin dudas el funcionamiento pleno de las instituciones y en tal caso de los poderes del Estado en donde el Poder Legislativo es emblema de la democracia, por ser el espacio en el que se reúnen los representantes del pueblo y los representantes de las provincias en un país federal.

El Congreso tiene que ser justamente el respaldo que equilibre las acciones y que se ocupe de preservar derechos, libertades, institucionalidad, respeto por la Constitución y los derechos humanos, y poner la mesura cuando el vértigo de la gestión, en el marco de las múltiples urgencias que aparecen cada día, ponga en riesgo normas esenciales.

Pero además, la pandemia requiere no solo medidas coyunturales y de urgencia que se resuelven con normas transitorias, sino que demanda la adopción de respuestas integrales y estructurales, que tendrán que ir proporcionando marcos jurídicos sólidos y claros, para las nuevas formas que demandan las realidades de un mundo que inevitablemente será distinto, cuando esto termine.

El impacto de la pandemia en las dimensiones sanitaria, económica, social y política no puede ser sostenido únicamente por medidas urgentes de la gestión del Ejecutivo, sino que también requiere de las leyes que, con los debates necesarios, fundantes y consensuados, vayan abonando los nuevos caminos que se abrirán.

Por ello estoy convencido que ante el drama de esta emergencia, la República debe responder con la plenitud de sus instituciones y con un Poder Legislativo funcionando en su rol fundamental, siempre fortaleciendo y consolidando la democracia.

MARIO R. FIAD
Senador Nacional